01/02/2025. NACIONALES. Agricultura
En total, se sembraron 7,9 millones de hectáreas, un 3,8% más que en 2022/23, confirmando el protagonismo del maíz dentro del esquema agrícola del país. Pero más allá de la expansión del área cultivada, los avances tecnológicos, el manejo de insumos y el impacto de las adversidades climáticas marcaron el pulso de una campaña que dejó mucho para analizar.
En esta última campaña, el 62% de los lotes se manejaron con un nivel tecnológico medio, mientras que un 34% implementó estrategias de alta tecnología. Sin embargo, el maíz sembrado tardíamente mostró una leve menor adopción de tecnología avanzada, con un 33% frente al 35% de los lotes tempranos.
La siembra directa, una práctica clave para la conservación del suelo, alcanzó el 94% del área sembrada, consolidándose como la técnica predominante en el cultivo de maíz. Esta tendencia, que se mantiene desde hace años, contribuye a reducir la erosión y mejorar la capacidad de retención de agua en el suelo. También se observó un aumento en la densidad de siembra, que promedió 62,3 mil plantas por hectárea, volviendo a niveles similares a los de la campaña 2021/22.
Nutrición y fertilización: estabilidad y algunas señales de alerta
El manejo de fertilizantes se mantuvo en niveles similares a campañas previas en cuanto a la aplicación de nitrógeno. No obstante, la cantidad de fósforo utilizado mostró una disminución en comparación con el año anterior. Este ajuste coincidió con una caída del 8% en la cantidad de análisis de suelo realizados antes de la siembra, una tendencia que podría impactar en la eficiencia del uso de insumos a futuro.
Fuente: Infobae