13/02/2025. NACIONALES. Economía
Cotizante en el Nasdaq y con aspiraciones de integrar la lista de unicornios argentinos, Bioceres debió dar un golpe de timón tras conocerse sus últimos resultados financieros. Sus ingresos al trimestre cerrado el 31 de diciembre pasado fueron de USD 106,7 millones, un 24% por debajo de los USD 140,2 millones del trimestre previo. “La restricción de la economía agrícola y los elevados inventarios en los canales de distribución en Argentina –un mercado decisivo en el trimestre– contrajeron significativamente el mercado global de protección de cultivos y fertilizantes especiales", dijo la compañía.
Con una ganancia operativa de USD 7,9 millones y una utilidad neta de solo USD 600.000 en el trimestre, Bioceres decidió una nueva estrategia para el negocio de semillas. El giro consiste en retirarse de “las actividades de mejoramiento y producción de semillas para enfocarse en el desarrollo de eventos biotecnológicos y alianzas estratégicas para el acceso a mercado”. El foco principal estará puesto en los desarrollos y las patentes de nuevas variedades para la soja y del trigo HB4, resistente a la sequía, que ya fue aprobado en EEUU en agosto pasado.
Capital de trabajo
Pero a la vez, Bioceres buscó no sumarse a la lista de empresas del sector que pusieron en duda sus compromisos financieros. Esta semana afrontó un pago de USD 12 millones, mientras que en la última semana de enero había cancelado con puntualidad otros USD 30 millones. Para ello, cerró un acuerdo de financiamiento por USD 20 millones con Rabobank, el banco neerlandés enfocado en el sector agrícola. Lo hizo mediante su subsidiaria Rizobacter, con un plazo de 5 años y con el objetivo de “fortalecer el capital de trabajo de la compañía”.