11/04/2025. NACIONALES. Agricultura
En abril, el maíz encabeza la mejora en la relación insumo-producto gracias a una combinación de factores que alivian el bolsillo del productor. Según la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCBA), los precios de los fertilizantes y herbicidas registraron caídas interanuales del 14% y 27% respectivamente, mientras que los valores del cereal aumentaron un 9%. Este escenario convierte al maíz en el cultivo con mejor rendimiento económico frente al costo de los principales insumos. En enero de 2024, la tonelada cotizaba a US$950, pero en abril se ubicó en US$530, acumulando una baja del 63% en poco más de un año. Los fosfatados también bajaron, con el fosfato diamónico registrando un descenso del 12% y el monoamónico del 10,9%.
El valor de los herbicidas también aportó a la ecuación favorable
El glifosato bajó un 24%, y la atrazina 90 mostró la caída más pronunciada, con una reducción del 33,6%. Por el contrario, el gasoil aumentó un 6,7% respecto al mismo mes del año anterior, y los precios de las semillas se mantuvieron estables en casi todos los cultivos.
El maíz se consolida como el cultivo más rentable del otoño
En cuanto a los precios de los granos, la soja, el trigo y el girasol se mantuvieron relativamente constantes, pero el sorgo tuvo un repunte del 14%, pasando de 166 a 190 dólares por tonelada. De esta forma, el sorgo se suma al maíz como uno de los cultivos más competitivos en este contexto. La entidad cordobesa también señaló que algunas medidas del Gobierno nacional, como la eliminación del impuesto PAIS y la simplificación de procesos para importar fertilizantes, podrían haber influido en la baja de costos. Aunque su impacto real en el mercado interno aún está por medirse, generan expectativas positivas para los próximos meses. La mejora en la relación insumo-producto posicionó al maíz como el cultivo más eficiente del mes de abril. El cereal mostró un incremento significativo en su poder de compra, especialmente frente a insumos clave como la atrazina 90.
El maíz se consolida como el cultivo más rentable del otoño
Mientras que en abril de 2024 se requerían 73 quintales de maíz para adquirir 100 kilos del herbicida, este año esa cifra bajó a 44 quintales, lo que representa una mejora del 40%. Aunque el gasoil registró un leve aumento, el impacto fue menor en comparación con la suba del precio del grano. El trigo también registró mejoras, aunque de forma más moderada. La relación insumo-producto fue favorable especialmente en fertilizantes y glifosato, con una caída de hasta el 23% en los requerimientos para adquirir estos productos. Sin embargo, el cereal perdió terreno frente al gasoil y la semilla, con un retroceso del 8% y 2% respectivamente en su poder adquisitivo. En el caso del sorgo, el escenario es similar al del maíz. El cultivo demandó menos quintales para cubrir los costos de insumos clave.
La mayor mejora se observó en la compra de urea: en abril de este año se necesitaron 28 quintales frente a los 39 del mismo mes en 2024. El gasoil, en cambio, fue el insumo con menor variación, manteniéndose con una diferencia cercana al 7%. Entre las oleaginosas, la soja mostró avances en su capacidad de compra frente a los fosfatos y al glifosato, pero perdió margen frente a su propia semilla y al gasoil, siendo este último el insumo que más encareció su adquisición: se necesitó un 8% más de grano para obtener los mismos 500 litros. En tanto, el girasol mejoró su relación con la urea y el fosfato diamónico, pero también se vio afectado por el aumento del combustible, lo que redujo su competitividad relativa frente a ese insumo.
En abril, el maíz encabeza la mejora en la relación insumo-producto gracias a una combinación de factores que alivian el bolsillo del productor. Según la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCBA), los precios de los fertilizantes y herbicidas registraron caídas interanuales del 14% y 27% respectivamente, mientras que los valores del cereal aumentaron un 9%.
Este escenario convierte al maíz en el cultivo con mejor rendimiento económico frente al costo de los principales insumos. En enero de 2024, la tonelada cotizaba a US$950, pero en abril se ubicó en US$530, acumulando una baja del 63% en poco más de un año. Los fosfatados también bajaron, con el fosfato diamónico registrando un descenso del 12% y el monoamónico del 10,9%.
El glifosato bajó un 24%, y la atrazina 90 mostró la caída más pronunciada, con una reducción del 33,6%. Por el contrario, el gasoil aumentó un 6,7% respecto al mismo mes del año anterior, y los precios de las semillas se mantuvieron estables en casi todos los cultivos.
En cuanto a los precios de los granos, la soja, el trigo y el girasol se mantuvieron relativamente constantes, pero el sorgo tuvo un repunte del 14%, pasando de 166 a 190 dólares por tonelada. De esta forma, el sorgo se suma al maíz como uno de los cultivos más competitivos en este contexto. La entidad cordobesa también señaló que algunas medidas del Gobierno nacional, como la eliminación del impuesto PAIS y la simplificación de procesos para importar fertilizantes, podrían haber influido en la baja de costos. Aunque su impacto real en el mercado interno aún está por medirse, generan expectativas positivas para los próximos meses.
La mejora en la relación insumo-producto posicionó al maíz como el cultivo más eficiente del mes de abril. El cereal mostró un incremento significativo en su poder de compra, especialmente frente a insumos clave como la atrazina 90. Mientras que en abril de 2024 se requerían 73 quintales de maíz para adquirir 100 kilos del herbicida, este año esa cifra bajó a 44 quintales, lo que representa una mejora del 40%. Aunque el gasoil registró un leve aumento, el impacto fue menor en comparación con la suba del precio del grano. El trigo también registró mejoras, aunque de forma más moderada. La relación insumo-producto fue favorable especialmente en fertilizantes y glifosato, con una caída de hasta el 23% en los requerimientos para adquirir estos productos.
Sin embargo, el cereal perdió terreno frente al gasoil y la semilla, con un retroceso del 8% y 2% respectivamente en su poder adquisitivo. En el caso del sorgo, el escenario es similar al del maíz. El cultivo demandó menos quintales para cubrir los costos de insumos clave.
La mayor mejora se observó en la compra de urea: en abril de este año se necesitaron 28 quintales frente a los 39 del mismo mes en 2024. El gasoil, en cambio, fue el insumo con menor variación, manteniéndose con una diferencia cercana al 7%. Entre las oleaginosas, la soja mostró avances en su capacidad de compra frente a los fosfatos y al glifosato, pero perdió margen frente a su propia semilla y al gasoil, siendo este último el insumo que más encareció su adquisición: se necesitó un 8% más de grano para obtener los mismos 500 litros. En tanto, el girasol mejoró su relación con la urea y el fosfato diamónico, pero también se vio afectado por el aumento del combustible, lo que redujo su competitividad relativa frente a ese insumo.